Muere Paul Scofield, el hombre que suplantó a Tomás Moro. Así titula su breve necrológica Oti Rodríguez Marchante sobre un actor de los de método clásico cuya cara hemos visto todos muchas veces aunque su nombre nos suene mucho menos. Se hizo famoso por caracterizar a Tomás Moro pero fue mucho más que eso.
«Aunque lo más insólito de Paul Scofield es que, según todos aquéllos que lo conocieron y trabajaron con él, era una persona sencilla, modesta, «sin ego» (¡actor y sin ego!), que no pisó las bambalinas y agasajos propios de su profesión, sino sus meras tablas. Y que como buen actor shakespeariano, se sumergió en Chejov, en Miller, en Shaw, en Steinbeck… Tomás Moro también supo ser Salieri en el «Amadeus», de Peter Shaffer, en la puesta en escena original y unos años antes de que llegara Milos Forman.
Pero, evidentemente, sus cualidades como actor no habían de ser ni la modestia ni la fidelidad a las tablas y a Joy Parker, también actriz, y con quien se casó en 1943. Sus enormes facultades consistían en una voz como la pasada de una Harley, una cadencia de procesión y una cara como fraguada a mandobles.»