Clara Sánchez se sirve del estupendo (estupendo de verdad) librito de Edwin A. Abott Planilandia para reflexionar sobre la profundidad (o no) de la literatura. Sobre la novela.
«Parece ser que la visión de Abbott de que la realidad puede ser tan simple o compleja, tan sencilla o pretenciosa, tan lograda o quiero y no puedo como nosotros mismos se ha cumplido. Y en literatura, que aún es la mejor manera de contar lo peor que llevamos dentro, siempre ha existido una novela Planilandia y otra Espaciolandia y lectores de ambos bandos con difíciles y escasos saltos de uno a otro plano. Aunque de vez en cuando en Linelandia surge alguna novela de un encanto tan irresistible que es la envidia de todos los demás, que se preguntan amargados, ¿para qué tanta perspectiva? Y es que como diría la mítica Mafalda: cuánto avanza la tecnología y qué poco las intenciones.»