José Antonio Millán escribe sobre el acercamiento definitivo que se ha producido entre el escritor tradicional de libros y su lector, que ha pasado de verlo inmóvil y estático en la pequeña foto de una solapa a conversar con el en su cuaderno de bitácora. El nuevo poder del autor.
«El contacto de los autores con su público, y muy específicamente el ágil contacto que propicia la red está lleno de ventajas para ambas partes. Y pienso tanto en los escritores de ficción como en los de ensayo. Los autores pueden recibir nuevas ideas y bibliografía, o ver corregidas las erratas o datos inexactos de los libros. Los lectores pueden recibir adelantos de una obra, materiales complementarios y secretos de la cocina del escritor. Autor y lector pueden también jugar juntos. Por poner dos ejemplos propios: un grupo de lectores está añadiendo en Flickr (sitio gratuito de imágenes) nuevas páginas a mi libro Quasibolo. Y a lo largo de varias semanas estuve debatiendo con mis lectores las posibles puntuaciones de distintos párrafos, como complemento de un libro sobre el tema.»