Fabrizio Ferri Benedetti propone una alternativa teatral a la falta de herramientas y “armas” de muchos docentes a la hora de enfrentarse y domar al grupo de adolescentes de secundaria que tiene delante. Enseñar sobre las tablas.
«De carisma los docentes andan muy escasos (y, en sí, la profesión no es valorada socialmente). El CAP, o el máster por el que será sustituido, no son más que un mero trámite gilipollesco. Veréis: los contenidos no son el problema. Pero los contenidos no se enseñan solos. No contienen en sí la semilla pedagógica. Cualquier tema puede enseñarse fatal, y no hace falta para ello un loro: con poner a una persona insegura y cansada a hablar delante de 30 cenutrios con granos, varias horas al día, el juego estará hecho. Los alumnos no atenderán: tienen cosas más interesantes en las que centrar su atención. Se conocen de sobra los trucos cinematográficos más efectivos.»