El precio del pecado, de Pablo Jato, es un comentario que navega entre la subida del precio del petróleo y la nueva lista de pecados capitales que ha lanzado El Vaticano, entre los que destaca ser excesivamente rico. No sé si la lista la leyó en público el Papa, esforzándose por aguantar el peso de los anillos.
«El barril de petróleo sube su precio por encima de los 100 dólares y la economía mundial tiembla. Mejor dicho; tiembla la gente, la gente que tiene que llenar el depósito de su vehículo para ir al trabajo, tiembla la lista de la compra de las amas de casa, tiemblan los ahorros y el fin de mes. También aumenta, como todo, el número de pecados. Ahora los 7 pecados capitales son 11, simplemente porque los han actualizado. Será que las viejas ambiciones, las viejas codicias y envidias se han quedado obsoletas ante los nuevos planes de la humanidad. Gana el simple acto de acumular riqueza sin sentido y eso, según el jefe del estado más rico del mundo, es un nuevo pecado capital.»