En La ciudad que inventó Cortázar Luisge Martín escribe sobre sus encuentros y desencuentros con Cortázar y su visita al París que el autor argentino habría recreado en sus textos.
«Cortázar telefoneó a las nueve menos cuarto, cuando a las penas de amor, a la hostilidad del mundo y a la fugacidad de la belleza estábamos empezando a añadir la sospecha de una burla. Con amabilidad exagerada, se disculpó por la tardanza y nos citó para el día siguiente en su casa. Esa noche, después de hablar con él, salí solo a pasear por el Boulevard Saint-Germain, el espinazo de tantos libros y de tantas fantasías. Supongo que me sentí Oliveira, el protagonista de Rayuela, y caminé como él en busca de algún rumbo que me calmara, de algún azar o de algún destino. Vi mendigos pidiendo en las aceras y jóvenes haciendo tertulia acalorada en cafés humeantes. Vi mercadillos de baratijas, bisuterías. Entré en un drugstore, que por aquella época era, para alguien provinciano como yo, un coliseo o un serrallo. Escuché a músicos callejeros, miré sin vergüenza a algún chico guapo, espié las sombras que podían adivinarse en las ventanas. Me dejé deslumbrar, en fin, por la tristeza de todo aquello, y ya entonces tuve la certeza de que entre la pena y la nada, como Faulkner, elegiría siempre la pena.»
2008-03-08 17:48
Tan mitómano como me siento a veces, me ha puesto la piel de gallina leer sobre ese encuentro que hasta que no se produce siempre me pareció imposible.
Gracias por la pista.
2008-03-09 13:04
Dado que yo, que no soy nada mitómano, sí que lo soy de Cortázar, el artículo me ha calado hondo. Gracias Marcos.
2008-03-09 13:13
Yo no soy nada mitómana tampoco, pero Cortázar es Cortázar y París es París, y el París de Cortázar… Gracias, Marcos.