Jesús García Calero, en España se enfrenta con desidia jurídica a la mayor crisis arqueológica de su historia, nos cuenta el desinterés del estado español en la reclamación de restos de naufragios de incalculable valor histórico, cultural y, ahí está el problema, económico.
«Saltaron todas las alarmas, pero en España no hemos querido verlo hasta hace unos meses, cuando supimos que los cazatesoros de Odyssey, después de seis años trabajando en aguas españolas, habían trasladado en secreto desde Gibraltar a Tampa dos aviones repletos de material arqueológico. Era sólo una prueba más de la enorme dimensión de una catástrofe arqueológica que acontece casi siempre en las costas americanas.»