Emmanuele Jannini y su equipo de la Universidad de L’Aquila han conseguido demostrar, no solo que existe el Punto G, sino dónde está, que no todas las mujeres lo tienen (vaya, estas noticias siempre con su cruz) y que con una simple ecografía una puede enterarse de si sí o si no. Algunos blogs empiezan a recoger la noticia, como Felix J. Tapia en El misterioso Punto G revivido.
«“Por primera vez es posible determinar de un modo simple, rápido y barato si una mujer tiene o no punto G”, explica Jannini en el trabajo publicado en ‘Journal of Sexual Medicine’.
Estudios anteriores realizados por este equipo les habían permitido identificar algunos marcadores bioquímicos relacionados con una mayor actividad durante el sexo en el tejido situado entre la vagina y la entrada de la uretra, según informa la revista New Scientist. Sin embargo, no fueron capaces de vincular su presencia con la capacidad de tener orgasmos vaginales.»