Cuesta creer que detrás de los políticos haya algún escritor decente regalándole palabras, pero haberlos haylos. Javier Rojahelis nos habla del que le está trayendo tantos éxitos a Obama, y de los de otros conocidos presidentes: Los escritores fantasmas que hacen brillar a los políticos.
«Aún así, el speech sigue siendo en política un elemento gravitante que, además de decidir si un candidato sale electo Presidente, puede servir para asegurar la memoria del personaje. Por esto, rara vez el arte del discurso queda en manos exclusivas del propio político. Y, por lo mismo, no es extraño ver casos de figuras políticas que han recurrido a la prosa de algún reputado personaje de las letras. Jorge V, por ejemplo, tenía al gran Rudyard Kipling (“El libro de la selva”) como la pluma detrás de sus discursos ante la cámara de los lores. Y Roosevelt tuvo ni más ni menos que a dos premios Pulitzer como autores de sus disertaciones (Archibald MacLeish y Robert Sherwood).»