”¿Será posible que imperceptiblemente, y avasallados por la influencia de Estados Unidos, nos hayamos divorciado de América Latina para convertirnos en un país estadunidense donde simplemente “se habla español”?” Eso se pregunta Jorge Camil en
México vs. Latinoamérica. Y al leer el artículo, me di cuenta de que yo me vine a Europa precisamente cuando ese proceso se aceleraba. Sé que no es una casualidad; ahora me queda pensar hasta qué punto no lo es.