Mi familia vivía del turismo y yo, que empecé a trabajar a los 12 años, crecí entre turistas. Mi interés por todo lo que tiene que ver con el turismo oscila entre la fascinación y la ironía. Ya he dicho antes que Benidorm es la capital espiritual de España. Los musulmanes promueven el turismo al La Meca con gran efectividad. Santiago, Roma y Jerusalén siguen teniendo éxito como destinos turísticos. Pero este año, nos dicen los hosteleros, la temporada no ha sido buena. Quizá descubran que no se puede construir un lugar de peregrinaje si se destruyen las reliquias o aquello que promueve el culto: el sol, las playas, la naturaleza. Nuestra religión es panteísta por ahí. Anja Oels opina prácticamente igual que yo, pero en términos económicos:
Cuidar el turismo.