En Una aterradora autoconfianza Robert Fisk cuenta su experiencia con Imad Mughnieh, el líder yihadista asesinado esta semana en Damasco; el ejercicio es necesario, pues permite comprender mejor cómo piensan y sus argumentos, por lejanos que nos parezcan.
«“Tomar a gente inocente como rehenes está mal”, admitió ante mi asombro. “Es una maldad. Pero es una elección y no queda otra. Es una reacción a una situación que se nos ha impuesto –si quiere preguntar sobre la existencia de gente inocente entre los rehenes, entonces esta pregunta no debería hacerse a nosotros solamente, cuanto Israel secuestró y encarceló a 5000 civiles libaneses en el sur del Líbano en el campo Ansar.” Israel en realidad había encarcelado a estos hombres en Ansar después de su invasión en 1982. Amnesty International había condenado las condiciones bajo las cuales fueron capturados. “La mayoría de la gente en Ansar era inocente”, añadió Mougnieh —no definió inocente— “y esto sin mencionar a la invasión misma y la matanza de tanta gente”.»