Ninguna respuesta evitaba la muerte es una entrevista al artífice del príncipal centro de tortura de Camboya durante el régimen de los jemeres rojos, centro en el que fueron asesinados 17.000 personas en cuatro años. Espeluznante la lejanía y frialdad con que lo cuenta.
«Los jemeres rojos habían estudiado en la Sorbona, en París, no eran salvajes incultos. Pero en Tuol Sleng había una convicción difundida y tácita, y no se necesitaban indicaciones por escrito. Yo y todos los demás que trabajaban en ese lugar sabíamos que quien entraba allí debía ser destruido psicológicamente, eliminado de una forma progresiva; no había escapatoria posible. Ninguna respuesta servía para evitar la muerte.»