Martín Cagliani cuenta Cómo el hueso hioides cambió nuestra historia.
«Otros animales tienen versiones del hueso hioides, pero sólo los humanos lo tenemos ubicado en la posición ideal para que pueda trabajar al unísono con la laringe y la lengua y así permitirnos ser los únicos animales habladores con vida. Si no fuese así todavía estaríamos gruñendo como nuestros primos los chimpancés.»