Blade Runner, la ciudad sofisticada es un texto del arquitecto Javier Boned Purkiss sobre la concepción urbana futurista que se desprendió a partir del estreno —hace ya veinticinco años— de la película de Ridley Scott, toda una revolución sobre la concepción filosófica de la ciudad.
«Los personajes se mueven por una ciudad entendida como laberinto simultáneamente arcaico y futurista, pero cuyo futurismo no guarda la menor relación con las visiones modernistas industriales y cuyo arcaísmo no recuerda ningún arquetipo de la puesta en escena postmoderna. En esta escenografía, el policía anti-héroe que nos muestra la película no puede sino provenir del desarraigo, auténtico nómada intelectual y estéril, de raíz spengleriana, y su búsqueda no supone más que un vagar indefinido y errático.»