Tengo un amigo que trabaja en Alemania que siempre que me envía un correo aparece la firma electrónica de su empresa, que incluye un disclaimer jurídico en cuatro idiomas de más o menos un folio. Vía Enrique Dans me encuentro este texto de hace algún tiempo de Javier Muñoz donde se ríe de la falta de lógica de estos avisos, sin validez jurídica alguna. Los avisos de confidencialidad en los correos, esos engendros jurídicos
«Hay un par de argumentos que tienen más que ver no tanto con el Derecho como con la lógica. Así, ¿por qué no existe un equivalente en papel? Las mismas empresas que adjuntan invariablemente el aviso de marras a todos sus correos electrónicos, se olvidan de hacerlo en sus cartas de toda la vida, las que llevan sello. Si recibo un correo electrónico que me prohíbe taxativamente revelar su contenido, y luego me llega una carta de la misma empresa que no incluye tal interdicción, aplicando un sencillo silogismo deberé entender que puedo revelar al mundo entero todas las comunicaciones de esa empresa que me lleguen en formato papel, ¿no es cierto?»