Durante mi breve ausencia estival, me sorprendí a mí misma deseando creer que todo era un sueño, y que el despertar sería la constatación de que la pesadilla en la que vivimos, había terminado; pero al parecer el sueño debía de ser más duradero
según la OIT de aproximadamente unos 450 años de lo que la avanzada ciencia permite actualmente; así que aquí estoy de nuevo, encontrándome con parcelas de la realidad como ésta:
Matar por honor en Pakistán.