En Fundamentalismo y “caza de brujas” en el XXI Carmen Castro dirige su indignación contra los grupos ultraconservadores que intentan por todos los medios el endurecimiento de la ley del aborto, y contra un gobierno amedrentado por la proximidad de las elecciones que no se atreve a coger el toro por los cuernos.

«La proximidad de elecciones generales y sobre todo las precarias garantías de un compromiso político con el avance real de los derechos de las mujeres, formulado al inicio de la legislatura por el propio presidente del gobierno, dan una explicación de la cortedad de miras y la falta de visión política que permitiría evidenciar que la estrategia de la persecución política al aborto (a mujeres y profesionales médicos) sigue un mismo patrón de comportamiento a nivel internacional; lo que hubiera sido fácil de comprobar porque ya ha sido denunciado ampliamente desde parte del movimiento feminista y de defensa de los derechos humanos»