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El increíble hombre filtro

Si estás pensado en que ha llegado el momento de enviar a una editorial española esa obra fantástica en la que has puesto lo mejor de ti durante los dos últimos años, Sergi Puertas tiene algo que explicarle. Y deberías leerlo cuanto antes: El increíble hombre filtro.

«Me limitaba a abrir los sobres y a leerme las fotocopias en diagonal. Si los artistas incluían un correo electrónico, en ocasiones les mandaba una nota de rechazo tipo, pero no podría jurar que lo hiciera siempre. Una vez terminada la faena, amarraba todo el papelamen entre los brazos y, cargado como una mula, lo descargaba en el cuarto de los trastos, ¿ven qué fácil? Tendrían que haber visto ustedes las pilas que se formaban allí. Centenares de sobres hacinándose como judíos en un tren. Cuando las estanterías se llenaban, agarrábamos y lo bajábamos todo a la basura.»

Alber Vázquez | 12/01/2008 | Artículos | Literatura

Comentarios

  1. Marcos
    2008-01-12 13:25

    Pues si eso pasa en una editorial de cómics, qué no pasará con los “filtros” de editoriales que publiquen novela: ojear un cómic es cosa rápida, pero leerse una novela…

    En fin, triste triste.

    Saludos

  2. Alber
    2008-01-12 14:06

    Ya te lo digo yo: pasa otro tanto.

    Sin embargo, la culpa no es, como muchos se apresuran a adjudicar, de la editoriales. Las editoriales que publican gente nueva en España bastante hacen. La mayor parte de ellas es incapaz de gestionar los originales que llegan a sus oficinas, así que les acaban de dar el trato que Sergi Puertas explica con detalle. Pero no porque quieran. Estoy seguro de que todas las editoriales de España, hasta la última de ellas, estarían encantadas organizando ese trabajo, repartiendo originales entre lectores profesionales y valorando detenidamente los informes de lectura. Pero ese mundo de ilusión y fantasía no es real. La realidad cruda y dura es que nadie compra novelas (o cómics, que para el caso es lo mismo) de autores nóveles españoles. Nadie. No existe ese mercado. Así que como no existe dinero, nadie invierte y nadie hace nada. Lo bonito es mentarle los muertos a los editores, pero de contribuir a que el mercado nacional exista nadie dice ni pío. La Cúpula, como cuenta Sergi, llegó a vender tebeos a dos euros. ¡A dos euros! Y ni aún así. Es jodido vivir de esto si te apellidas Sánchez.

    De manera que lo primero y más importe es señalar que aquí la culpa la tenemos todos. Todos. A mí no se me ocurre otro análisis de este desolador panorama.

  3. Alberto
    2008-01-12 14:11

    Es deprimente. Terriblemente deprimente…

  4. María José
    2008-01-12 15:02

    Gracias por el texto de Sergi Puertas. Es muy interesante más allá de lo que refleje del mundo editorial. Pasa en casi todo los ámbitos de la vida. A mí siempre me ha hecho mucha gracia eso de que cualquiera puede ser presidente de los EEUU y yo siempre he pensado que en realidad la frase debería ser: nadie puede ser presidente de los EEUU. Bueno, digo nadie, porque en términos de probabilidad, esta tiende a cero.

    Pero Alber, no estoy muy de acuerdo contigo. La culpa tampoco es del espectador. La probabilidad de que alguien haga algo bueno que de verdad merezca que yo le dedique mi tiempo es muy pequeña en el mundo y aún más pequeña en una región concreta. No puedo leer todo lo que se publica. Todo el mundo tiene derecho a luchar por lo que le parezca, el lector y el escritor. El autor piensa que el lector no le hace caso a algo que ha escrito y le parece maravilloso, pero el lector también piensa que por qué el autor no es capaz de darse cuenta de que aquello es malo, porque la mayoría son muy malos. Creo que debe haber un punto medio entre animar a la gente a luchar por sus sueños y enseñarle a distinguir cuando no están a su alcance. Uno tiene que aprender a saber hasta dónde llega. Y no es tan difícil, pero a la gente le cuesta desanimar a alguien, cuando en realidad le estás haciendo un favor. A mí me habría encantado ir a unas olimpiadas, pero nadie nunca me iba a animar a hacerlo (y con toda razón).

    Por eso están bien los sistemas de recomendación. Yo, después de desesperarme leyendo libros de poesía aburridísimos, sólo leo lo que mis fuentes de confianza me recomiendan. El problema es que el mercado no es uniforme, por lo que los filtros deberían ser diferentes en función del espectador. Eso es lo que hoy no funciona. En literatura se han aupado a los puntos importantes de recomendación críticos bastante mediocres. Por lo tanto, el lector de literatura mediocre lo tiene muy bien, es fácil que encuentre lo que le gusta y entretiene. Pero el lector más exigente no tiene referentes o no tiene fácil acceder a ellos. Yo sigo confiando en que Internet vaya cada vez más en esta dirección.

  5. Paco
    2008-01-12 22:28

    «Creo que debe haber un punto medio entre animar a la gente a luchar por sus sueños y enseñarle a distinguir cuando no están a su alcance. Uno tiene que aprender a saber hasta dónde llega. Y no es tan difícil, pero a la gente le cuesta desanimar a alguien, cuando en realidad le estás haciendo un favor.» María José, ¿estás hablando de la LOGSE? Lo digo porque algunos de esos mediocres pasan de curso.


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