Yo no estoy seguro de cuál es la mejor solución, pero coincido con Roberto Blanco Valdés en que la actual Ley tiene demasiados resquicios y resulta poco clara. Él propone una ley de plazos. Aborto: el cinismo de la ley y de la trampa.
«Este sistema fraudulento presenta, no obstante, dos gravísimos problemas que, conocidos de todos los que saben del asunto, solo en los últimos días han saltado al primer plano informativo. El primero es que la práctica del aborto no está sometida en tal caso a plazo alguno, lo que permite que se realicen abortos en un estado de gestación tan avanzado que, no existiendo un peligro real para la vida o la salud física de la madre o para la salud del feto, no pueden estar justificados, pues constituyen una verdadera salvajada.»