Jesús García Calderón recalca, no sin ironía, que los seres humanos tenemos una gran capacidad para indignarnos, pero que nos falta una estrategia adecuada para poder indignarnos en condiciones y sobre lo que realmente merece la pena. Toda una “educación para la indignación”. Indignación y estrategia.
«Nos indigna la resolución que dicta un oscuro Comité Deportivo pero no atendemos al número de absoluciones contradictorias que se producen ante fenómenos tan graves como el de la siniestralidad laboral.
Yo he sido, como tantos escolares de mi generación, un autodidacta de la indignación y la lectura: Como en las naciones poco desarrolladas y a salvo de la valiosa referencia familiar, nadie nos ha enseñado a leer o a indignarnos cuando era preciso, a ejercer esta forma de interlocución íntima y social tan legítima como necesaria. Ya solo se reacciona ante el interés o la brutalidad más explícita y, como regla general, a una distancia adecuada.»
2008-01-08 18:42
Pues el irrecordable disenador de moda tiene toda, todita la razon y un poco mas.
No debe producirse ropa de talla superior a la cuarenta.
Debemos mejorar nuestra especie, tan en peligro de expansion, eliminando a las gordas como primera medida.
No hay que interpretar que hay que desaparecerlas, via homicidio piadoso; no. Hay que obligarlas a que adelgacen con dietas y ejercicios o tendran que salir desnudas a la calle o envueltas en la cortina de la sala.
Asi que no vale indignarse con el acertado disenador.