José Luis Alvite escribe sobre Negros y gitanos I y II. Comienza con el éxito de Obama en Estados Unidos y pasa a las causas del racismo (siempre económicas, dice) en España.
«Ocurre algo parecido respecto de los índices de criminalidad, determinantes de que sea tan desproporcionada la presencia de negros entre la población penitenciaria norteamericana, sin olvidar que también entre nosotros aumenta de manera alarmante el porcentaje de rumanos y albaneses recluidos en nuestras prisiones, donde han llegado a superar al contingente gitano, tan habituado durante siglos al riesgo de acabar entre rejas. Ni los albaneses ni los negros acaban en la cárcel por culpa del supuesto odio de los blancos hacia los de su raza, sino como consecuencia de algún delito a cuya comisión se vieron muy probablemente arrastrados por una precariedad económica insoportable. No son injustas las leyes penales, como dicen los demagogos, sino las circunstancias sociales.»