Me anunciaron que sería a un espanto negruzco y deprimente, pero me encontré una ciudad amplia, abierta y hermosa:
Manchester, la ‘fea’ del norte, de
Vicente Molina Foix: “La mezcla de las generosas ayudas gubernamentales y el pundonor herido de los ciudadanos (los mancunianos) tuvo una adecuada
y no muy frecuente fragua en el nuevo plan urbano establecido por las autoridades locales, que, junto a la reconstrucción, defendía la peatonalización de grandes zonas, la conservación intervenida de los enormes y fantasmales edificios del siglo XIX y el acicate a la vuelta al centro de los habitantes huidos al suburbio o recién llegados”