En Hogar, dulce hogar Fredy Massad realiza un acercamiento a la nueva arquitectura alejada de la espectacularidad y las figuras mediáticas y centrada en un entorno amable para el usuario.
«El acceso a la información multifacetada sobre la realidad global y las locales, y la posibilidad de importar e intercambiar conceptos y materiales procedentes de estas realidades es un factor decisivo para la actividad de despachos como el de Fité y Mejón, otorgándoles una especial significación en la construcción del discurso contemporáneo: la atención sensible al lugar; la reflexión acerca de cómo integrar en él la vivienda de modo que se establezca un sistema activo de relación con éste; la creación de reglas y metodologías para la combinación de materiales, técnicas y métodos constructivos que permitan aproximar la obra en la mayor medida posible a la materializción de la idea desarrollada concretamente en cada proyecto, maximizando y superando las posibilidades que ofrecen los productos contenidos en los catálogos de la industria arquitectónica…»