Terminados los fastos anuales del natalis solis invicti para mayor gloria de Mitra (25 de diciembre), tal vez convenga volver a la ciencia. El biólogo Leando Martínez Tosar nos recuerda que las teorías del «diseño inteligente» son una simple y vulgar superchería: Los escultores de lo vivo.
«Desde Darwin, la teoría de la evolución ha sido comprobada infinidad de veces, en un sinnúmero de escenarios diferentes. El desarrollo de resistencia a antibióticos en bacterias, los cambios en el color de ciertas polillas londinenses, el aumento de tamaño de las vaquillonas de pedigrí logrado por selección artificial, son sólo unos pocos ejemplos de evolución en acción. Incluso los avances de la tecnología y del conocimiento —que han permitido llevar el análisis del proceso evolutivo hasta el nivel molecular— han reafirmado su validez sistemáticamente.»