Largo pero muy interesante ensayo de Pavel Felgenhauer, analista del Novaya-Gazeta de Moscú, sobre los intereses, objetivos y miedos del Kremlin en la zona. Y para ser coherentes, con un título casi tan largo como el texto: Tácticas y objetivos estratégicos de la posición rusa con respecto a la independencia de Kosovo.
«Gorbachov tenía razón. Rusia y sus elites gobernantes se sintieron frustradas y humilladas, y la acción de la OTAN contra Yugoslavia fue percibida por muchos como un aterrador presagio de lo que le sucedería a Rusia si la OTAN seguía expandiéndose de esa forma tan agresiva. La sensación de haber sido humillados en Kosovo creció en Rusia, y Moscú aún no la ha olvidado. Vladimir Putin presenció todo ese proceso cuando aún estaba a cargo de la organización sucesora de la KGB (el FSB).»