Un artículo de opinión de gran crudeza, escrito por Javier Pérez Pellón, nos advierte de lo que se esconde tras las lujosas marcas italianas. Seguramente es extensible a otras firmas internacionales. ‘Made in Italy’, los esclavos del lujo

«¡Ay! ¡ay! ¡ay! Si uno se da una vuelta por Nápoles y visita las fábricas donde se confecciona para Prada o para Fendi, se puede quedar de piedra. Ni un solo trabajador asegurado ni con contrato de trabajo, fijo o a tiempo determinado que sea. Es necesario trabajar con los mínimos costes posibles. Incluso un bolso de Prada, por ejemplo, donde el 90% es tejido y sólo el 10% es piel, y cuya confección puede ser vendida a 20 euros, se puede encontrar en una de las tiendas que venden Prada, al módico precio de 440 euros.»