Daniel Larriqueta habla de la vieja táctica de hacer ruido en la política argentina; pero valdría también, salvando las distancias de rigor, para otros países del continente americano: El tremendismo no paga.
«En la competencia desatada que suele ser la vida periodística hemos ido caminando hacia un estilo profesional frívolo: dar noticias catastróficas, rápidamente, con poco cuidado de la sustancia. Esto no es paradójico: tiene que ver con la naturaleza del producto periodístico. En los buenos y recordados tiempos en que integré la redacción de Primera Plana , hacíamos un periodismo de mucho material para una pequeña nota, lo que daba al lector un verdadero compacto de información. No era nuevo: era, y es, el admirable modo de trabajar de The Economist . Pero ese estilo es caro, supone muchos redactores de sólida cultura y gran dedicación y en la Argentina de nuestros días las empresas no quieren o no pueden pagarlo.»