Salomón Kalmanovitz enumera una considerable cantidad de desastres provocados por la producción de coca en Colombia, y plantea que es la hora de buscar otro tipo de soluciones que sean alternativa a las que hasta ahora se han mostrado ineficaces: La legalización de las drogas.

«Las recientes capturas de grandes cargamentos de coca en el Pacífico han inducido un alza de precios de la cocaína en las calles de las ciudades de Estados Unidos. Pero la ley económica que garantiza que el negocio continúe es que ese precio más alto atrae a empresarios más audaces y cruentos que se inventan nuevas rutas y hacen sembrar coca en nuevos espacios.

La defoliación ha logrado que los cultivos se dispersen e invadan nuevas áreas de bosque primario con descomunal daño ambiental. No ha sido posible reducir las 80.000 hectáreas sembradas por año en Colombia; incluso, las variedades han sido mejoradas genéticamente para obtener rendimientos mayores. También la aspersión de glifosato ha perjudicado los cultivos de pan coger de los cultivadores y la salud de la población aledaña, que es una de las más pobres del país.»