Javier Aranda Luna escribe sobre su preocupación por el estado de los lectores en México, aunque sus reflexiones son fácilmente extrapolables a muchos otros países. El lector, el cuento del libro.
«En materia de libros y lectura se podría apoyar al lector por encima de creadores, editores y libreros. Es el elemento más importante de toda la industria del libro. Inoculados por la imaginación libresca, los lectores se multiplicarían con más facilidad y beneficiarían a mediano plazo a editores, libreros y autores. La idea no sólo es comprar, vender, publicitar y publicar libros para justificar presupuestos sino facilitar a los lectores las mejores condiciones para que lo sean. Una ley del libro que fomente el precio único beneficiaría a todos. Las librerías pequeñas podrían renacer compitiendo con servicio frente a los monstruos libreros.»
2007-11-29 22:39
La preocupacion de Aranda esta justificada.
El mexicano no lee. El citadino, el de las macrourbes, esta totalmente ocupado en sobrevivir para el siguiente dia. Lo demas, es lo de menos.
Y los libros no te quitan los peligros.
El provinciano tiene television y telenovelas mas chidas, interesantonas y excitantes que los librotes de Balzac, de Octavio de Pazac o Carlangas Fuentes.
Solo algunos despistados malgastan su tiempo leyendo.
Los aburridos, carnal.