Inexorable es un delicioso ejercicio de ternura ciudadana a cargo de Juan Bas, un recordatorio de que en la maraña urbana todavía quedan resquicios para los afectos.
«Ayer, me di cuenta de que hacía bastantes días, incluso semanas, que
no coincidía con la anciana: que no la veía realizar su rutina
cotidiana de riego de planta, alimentación del pájaro y enderezamiento
del crucifijo.
Me fijé mejor. La jaula está, pero el pájaro ha desaparecido. La
planta se ha muerto por falta de agua y el crucifijo está más torcido
que nunca, a punto de vencerle el peso uno de los brazos de la cruz y
quedar en posición invertida. Lo único que todavía se mueve en el
mirador es el mercurio del termómetro, supongo.»