José Antonio Ritoré nos habla de los biopiratas, empresas que patentan remedios naturales para explotarlos comercialmente. En Atraco a la naturaleza.
«Neem, açai, maca u hoodia son plantas desconocidas para la mayoría de los consumidores españoles. Sin embargo, sus propiedades son la base de una gran cantidad de productos que se usan como adelgazantes, jabones, cremas, insecticidas o, incluso, como afrodisiacos y estimuladores del apetito sexual. Son utilizadas desde hace siglos por indígenas de todo el mundo, pero no pueden comercializarlas porque las patentes están en manos de grandes multinacionales. La piratería en el siglo XXI ya no está en el mar.
El neem es un árbol originario de la India y Birmania, que sólo vive en regiones tropicales y subtropicales. Todas sus partes son utilizadas para preparar diferentes remedios y productos cosméticos (champú, jabón y cremas) y, además, funciona como un potente insecticida ecológico. Estas aplicaciones beben de la medicina tradicional india y durante 2.000 años han formado parte de la cultura popular. Sin embargo, en 1994 la Oficina Europea de Patentes (EPO) otorgó la exclusividad de un producto fungicida, derivado del neem, al Departamento de Agricultura de Estados Unidos y a la compañía multinacional de ese país WR Grace. Inmediatamente, Los Verdes en el Parlamento Europeo y multitud de organizaciones sociales presentaron una demanda y, en mayo de 2001, consiguieron que se eliminase la patente. Éste fue el final de uno los episodios más relevantes de lo que se conoce como biopiratería.»