Enrique Gómez Carrillo fue un escritor y periodista guatemalteco que destacó por su irreverencia en la Guatemala de finales del XIX y por su ingenio en París, en pleno modernismo. Jaime Barrios Carrillo perfila su figura, que incluye una semblanza de Alejandro Sawa. Enrique Gómez Carrillo el mago de las letras.
«No debe pasarse por alto su labor de crítico literario. Desde sus primeras travesuras en Guatemala (criticando al ídolo Milla, a la edad de sólo 16 años) hasta sus obras maduras sobre literatura extranjera. Como modernista de pura cepa, fue un cultivador de la llamada “belleza”. Afirmaba: “El arte, que en poesía es tan anticuado cual el mundo, en prosa es una conquista reciente. Labrar la frase lo mismo que se labra el metal, darle ritmo como a una estrofa, retorcerla ni más ni menos que un encaje”. Resulta todavía sorprendente su conocimiento sobre literatura universal, japonesa, inglesa, sueca, italiana.
Su novelística superó la mitomanía para dar el paso a la ficción, más allá de lo meramente confesional. Sus novelas son también aventuras que permiten la exploración de su ser interior y a la vez la captación de París finisecular y de Madrid, ambas ciudades vividas por un eufórico jovencito que apenas tenía 20 años y que estaba obsesionado por la literatura.
Imposible en una semblanza atrapar la vida y la obra del escritor probablemente más prolijo de la lengua castellana. Los famosos 87 volúmenes, contabilizados por su biógrafo Juan Mendoza, constituyen miles de páginas, de niveles muy diversos y temas innumerables; tratados en crónicas, reportajes, novelas, crítica.»