Guillermo Rodríguez es
un pirata frustrado. Y nos cuenta su historia de recolector impenitente de canciones por internet, que es la historia de cualquier internauta que hoy las autoridades consideran un ladrón. A pesar de que los últimos estudios demuestren, mal que les pese, que la descarga de canciones a través de la red no influye negativamente en las arcas de las discográficas.