Aunque no lo diga por ningún sitio, entiendo que el texto que presenta ABCD (por cierto con rediseño y, al menos en estos momentos, con acceso restringido en varios artículos), Viaje al corazón de Conrad, es un fragmento del libro Las vidas de Joseph Conrad de John Stape.

«Quien escriba sobre la vida de Conrad [...] deberá enfrentarse [...] con notorias carencias. Se sabe muy poco de la década crucial de 1880-1890, por ejemplo, y hay que lamentar que nadie hablara con varias personas que habían conocido a Conrad y que estaban todavía vivas en la década de 1940, cuando ya existía un gran interés en su obra. La señorita Hallowes vivió hasta 1950; Eric Pinker, su agente literario entre 1922 y 1924, hasta 1973, y su hermana Enone, hasta 1979. Sin embargo, a veces resulta más fácil seguir la pista a los muertos que a los vivos. Como biógrafo de Conrad de cuarta generación (después de Aubry y Curle, Baines, Karl y Najder) traté de subsanar este error y un golpe de suerte me llevó a pasar un caluroso día de junio de 2006 en compañía de la señora Nina Hayward, una sobrina de Jessie Conrad, de ochenta y nueve años, que había vivido con esta en la década de los veinte, y que, como me dijo con su simpatía en una carta, fue «la última mujer viva a quien Joseph Conrad había dado un beso» (un besito de buenas noches en Oswalds, el hogar de los Conrad entre 1919 y 1924, adonde ella y su madre iban de visita de vez en cuando).»