Humberto Caspa escribe en torno al nuevo concepto de identidad de los latinoamericanos nacidos en Estados Unidos, que parecen estar en un momento de indefinición frente a la asimilación de mediados del pasado siglo y la posterior diferenciación militante. La población latino-estadounidense.
«Cuando el “Melting Pot” era un principio popular en la sociedad norteamericana, las organizaciones civiles latinoamericanas, durante la década de los 40 y 50, jugaron un papel significativo para la adopción de este concepto. Por ejemplo, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) y el G.I. Forum, entre otros grupos, emprendieron la tarea de crear mecanismos de asimilación para que sus miembros tuvieran, aparentemente, mejores oportunidades en la sociedad norteamericana.
Sin embargo, dichos grupos no llegaron a captar, en su momento, que la sociedad norteamericana estaba estructuralmente viciada por leyes discriminantes —i.e. la segregación escolar, leyes migratorias intolerantes, etc.— y prejuicios sociales e individuales que hacían imposible una asimilación justa y positiva de las etnias minoritarias. Es decir, por mucho que una persona quería sobresalir, existían barreras estructurales que no permitían su desarrollo normal. Así, la asimilación simplemente legitimaba ese tipo de discriminaciones.»