De mendigos a vendedores, un artículo en que Muhammad Yunus explica el funcionamiento de los créditos que ayudan a los mendigos indios a salir de su extrema pobreza.
«La mejor demostración de este aserto es nuestra experiencia con los mendigos de Bangladesh. Si un hombre o una mujer ha optado por mendigar, es porque, en algún momento de su vida, las demás alternativas le fallaron. Lo único que puede hacer para alimentarse y alimentar a sus hijos es pedir limosna. Ese ir de puerta en puerta, con la esperanza de recibir alguna caridad, pronto se convierte en una rutina cotidiana.
Así pues, les dijimos a esos pordioseros: “Cuando salgan a mendigar, ¿por qué no llevan alguna mercancía para vender, algunos bizcochos, golosinas o juguetes para los niños? No es trabajo extra, ya que, después de todo, lo mismo pasarán por allí. Si no resulta, pueden seguir mendigando pero, al menos, conozcan esta otra alternativa. No tienen que depender de la caridad. Pueden ganarse la vida”. En promedio, les prestamos entre 15 y 20 dólares para comprar su mercadería. Los irían pagando con sus ganancias.
Hoy día, 100.000 mendigos participan en este programa. Jamás hemos dictado cursos de capacitación. Simplemente, les entregamos el dinero y les decimos que busquen por sí solos un producto de venta segura.»