Las células HeLa, que proceden de Henrietta Lacks, una mujer que murió de cáncer en 1951, son inmortales. Nos lo cuenta Nacho Palou en Henrietta Lacks, el origen de las células HeLa. Más información en Las dos vidas de Henrietta.
«Cuando se extraen células del cuerpo humano éstas comienzan a morir lenta e inexorablemente, normalmente antes de que lleguen a completar cincuenta divisiones. Las célculas no pueden sobrevivir sin el soporte vital que proporciona el cuerpo y tampoco pueden prolongarse artificialmente porque envejecen —y por tanto de un modo u otro mueren.
Esto es así siempre, excepto para las células HeLa, que siguen haciendo cosas de célculas (alimentarse, generar desechos, reproducirse) de forma indefinida aún estando dentro de un tubo de ensayo siempre y cuando se reúnan unas condiciones ambientales adecuadas. Se consieran imortales no sólo porque siguen viviendo fuera del cuerpo humano, sino también porque no envejecen. Se utilizan ampliamente en investigación y ciencia y probablemente hayas oído hablar de ellas.
Henrietta LacksTan sorprendente como las células HeLa es el origen de éstas: proceden de una mujer que murió de cáncer hace 56 años.»