Gustavo Faverón Patriau analiza el género de la entrevista, y señala la frivolidad con que el periodismo se lanza a hacerlas, la mayor parte de las veces sin criterio alguno. Destaca, por contra, la escasez de reseñas, porque, argumenta, el género requiere de una mayor dedicación. La entrevista literaria y el arte de rascarse la barriga.
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Lo sospechaba desde hace tiempo pero recién cuando aparecieron mis propios libros lo pude confirmar. La mayor parte de las entrevistas que di a la prensa peruana el año pasado, coincidiendo con los lanzamientos, sobre todo con el de Toda la sangre, me fueron hechas por personas que no parecían haber leído el libro. O que habían leído mi prólogo pero no los cuentos, o que habían leído únicamente las cosas que dije sobre el libro y el tema en este blog o en otros artículos de prensa.
No faltó en alguna de ellas la pregunta ominosa: “¿de qué trata su libro?”. No más de dos o tres preguntas, en total, me fueron hechas en referencia a un contenido patente del libro, citando un párrafo, una idea particular del prólogo o de los textos. Tratándose de una antología, la mayor parte de las preguntas se referían a la selección de autores: los entrevistadores, entonces, sí habían leído al menos el índice.»