Pedro Miguel aprovecha la lamentable figura del locutor norteamericano Glenn Beck, racista e inhumano, para denunciar la situación del flujo migratorio imparable que va a diario desde México a los Estados Unidos. Beck y otras cosas.
«De los asuntos situados al sur del río Bravo: Beck suele decir al aire que la canción Tequila (The Champs, 1958) es el verdadero himno nacional de México, se regocija con chistes sobre una refinería que produce “mexanol”, un combustible fabricado con cuerpos de trabajadores migrantes, y se toma el trabajo de explicarle a Felipe Calderón, mapa en mano, que Estados Unidos y México son dos países distintos y que el panista no tiene, en consecuencia, ningún derecho para reclamarle nada a la nación vecina por los maltratos que sufren los extranjeros ilegales en territorio estadunidense.»