Yo no he leído nada del escritor irlandés Lord Dunsany, pero el perfil que Eduardo Berti traza de él en El escriba de los sueños invita a hacerlo, pues parece ser uno de los raros heterodoxos del pasado siglo.
«En buena parte de estas pequeñas fábulas, Dunsany toma elementos concretos y los redefine (un profeta dice que la niebla es una multitud de almas que nunca vieron la alborada) o, principalmente, recoge conceptos (Eternidad, Tiempo) y los pone en acción convertidos en personajes: Fama y Notoriedad mantienen un diálogo, al igual que Viento Norte y Neblina. El más recurrente de estos personajes es Death (Muerte), nombrado de forma explícita o presentado como un fantasma. Eso último acontece en “The Guest”, que en menos de 600 palabras narra el caso de un joven que va a cenar a un restaurante y llega solo, si bien ha reservado una mesa para dos. Un mozo le pregunta por el otro comensal. “No creo que lo vea usted hasta que llegue el café”, responde el joven, así que empiezan a servirle. De las mesas adyacentes advierten que el joven mantiene una especie de diálogo (o de monólogo) con la silla vacía. “Tenemos varios conocidos en común”, dice el joven, entre otras cosas. Al rato pide café, vierte una pastilla en él, le dice a la silla: “Espero no estar robándole mucho tiempo”, y cae al suelo. “Un médico que estaba allá cenando se arrodilló ante él y le anunció al dueño la visible presencia del otro comensal”, concluye Dunsany. »