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La 'planetización' ecologista del Nobel

Luis Alfonso Gámez comenta la entrega del Nobel de la Paz a Al Gore, y el absurdo de comparar sus logros a los de los científicos con quien los comparte: La ‘planetización’ ecologista del Nobel.

«También me parece fuera de lugar que el Ministerio de Medio Ambiente vaya a gastar 580.000 euros en adquirir 30.000 copias de Una verdad incómoda para los colegios públicos españoles. No entiendo por qué no se invierte ese dinero en la realización de un documental propio sobre el asunto en vez de en engrosar las arcas de la Paramount, major a la que supongo que estará encantada de la poca confianza de nuestro Gobierno en nuestros científicos y la mucha en el mediático Gore. ¡Menos mal que estamos en el Año de la Ciencia!

Marcos Taracido | 19/10/2007 | Artículos | Ecología

Comentarios

  1. Otis B. Driftwood
    2007-10-19 12:15

    El Premio Nobel de la Paz siempre ha sido el más controvertido de todos, ya que las razones por las que se concede forzosamente son subjetivas, y suele alternar a un premiado mediático (Al Gore, por ejemplo) con otro menos conocido pero que quizá está haciendo mucho más por la Paz (Aung San Suu Kyi, por ejemplo, ahora de nuevo relegada a los sueltos en los diarios). Otras veces premia logros puntuales, como los acuerdos de Camp David (Kissinger/Sadat, que eran lo que todos sabemos que eran) o el frustrado proceso de paz palestino (Arafat/Rabin/Peres) y otras el desarrollo continuado de una actividad por la paz (Cruz Roja, Cascos Azules, Fundación contra las minas antipersona). En todos los casos, el premio otorgado por el comité Nobel de Oslo lleva una intencionalidad manifiesta, y en el de Gore también.

    Por eso, aunque habitualmente estoy de acuerdo con las posturas escépticas de Gámez, en este caso me parece un artículo de cascarrabias con ganas de quejarse de algo, ya que él no ataca directamente a los motivos de la concesión, sino a la persona a quien se lo han dado (no se lo han dado a Gore únicamente, por cierto, sino también al IPCC), pero justamente el hecho de que sea Gore es lo que va a dar mucha más relevancia tanto al otro premiado como a la causa que enarbolan, que habría sido mediáticamente mucho más discreta de habérselo dado solamente al IPCC.

    Dice Gámez: “Lo que me lo parece es equiparar los logros de Gore con el trabajo que los científicos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) llevan haciendo desde 1988.”, pero es que Gámez cae en el mismo error, asumiendo que este Nobel se concede exclusivamente por motivos científicos (y vuelve a caer en el mismo error más abajo cuando lo equipara al conseguido por James Watson en Medicina y Fisiología para minusvalorar la concesión a Gore). Es evidente que la labor del IPCC es y ha sido importantísima para que tomemos conciencia de los efectos del cambio climático, pero es igual de evidente que sin una figura como Al Gore, precisamente por lo mediático, esos logros, esos trabajos y esa toma de conciencia serían menos difundidos y estarían teniendo mucho menos efecto en la gente. Gore no es más que un mascarón de proa muy visible de ese trabajo, pero es un mascarón muy efectivo y, en mi opinión, es eso lo que se ha premiado.

    El último párrafo remata la faena con descabello: Gámez se queja del dinero que se va a gastar el Gobierno en adquirir dvds de “Una Verdad Incómoda” con fines didácticos en lugar de producir su propio documental. Lo dicho, ganas de quejarse: producir un documental similar le costaría mucho más dinero al Estado, al que habría que sumar el dinero que costarían las copias y su distribución… y seguramente sería menos efectivo, por las razones que he explicado arriba. La última frase, “major a la que supongo que estará encantada de la poca confianza de nuestro Gobierno en nuestros científicos y la mucha en el mediático Gore” está tan poco razonada como lo demás. Y eso, viniendo de Gámez, es realmente decepcionante.

    Saludos.

  2. Alberto
    2007-10-19 12:31

    Completamente de acuerdo, Manolo. Estaba empezando a preocuparme por no encontrar casi en ninguna parte alguna otra visión de este premio Nobel que no fuera a) es mediático, b) Gore no firmó el protocolo de Kyoto cuando era vicepresidente o c) Gore bombardeó Sudán. Me preguntaba si nadie se daba cuenta de que el premio era a él pero no sólo a él o el hecho, creo que incontestable, de que hace una labor importante (mediática sobre todo) de concienciación e información sobre un tema que, sin él, probablemente pasaría mucho más de largo.

    Bien por tu reflexión.

  3. Marcos
    2007-10-19 16:05

    Pues no estoy de acuerdo; comparto algunas de las críticas al texto de Gámez, pero no la esencial: precisamente lo que me interesa de ese artículo es el hecho de poner de manifiesto lo absurdo de la comparación entre científicos y Gore; el segundo menoscaba el trabajo de los primeros; el segundo es un alarde autopublicitario. Entiendo, claro, vuestros argumentos: Gore dará al premio una publicidad que no tendría de otro modo, pero eso es dar por sentado que es moral jugar a eso. Igual que con el tema de comprar el documental o hacerlo: la disyutiva es si nuestras administraciones se van a gastar el dinero en importaciones o si van a gastárselo en producir y crear.

    Y por otro lado, ¿por qué el de la paz?

    Saludos

  4. Otis B. Driftwood
    2007-10-19 16:24

    Marcos, es que precisamente ese es el error. El premio no está comparando a Gore y a los científicos; al revés, es Gámez quien interesadamente lo hace, con el fin de criticar a Gore, al comité Nobel o a ambos (y, además, lo argumenta fatal). Cito de la web oficial del Nobel: “for their efforts to build up and disseminate greater knowledge about man-made climate change, and to lay the foundations for the measures that are needed to counteract such change”. Es decir, se da no sólo por las investigaciones sino por la difusión que se les da y por las consecuencias de esa difusión, que es precisamente la concienciación y que el IPCC, por sí solo, jamás ha conseguido.
    Y la publicidad no es “para el premio”, insisto, sino para los objetivos a los que ese premio se ha otorgado. ¿Por qué el de la Paz? Porque de los premios científicos no hay ninguno que se ajuste a ello, y no hay premio de Ecología. La Cruz Roja tiene varios premios Nobel de la Paz, cuando sus esfuerzos nunca van encaminados a ella, sino a paliar los efectos de la guerra, que es algo muy diferente. Lo digo por ponerme estupendo, vaya.

    Saludos.


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