El teólogo Pope Godoy cuenta en Hacia una sociedad adulta la historia del término “laico” a lo largo de los tiempos y cómo no identifica la palabra con “aconfesional” sino con “autónomo”.
«Durante siglos se consideró que la única fuente de conocimiento era la Biblia, como palabra de Dios dictada literalmente a los humanos. El conflicto de Galileo se sitúa exactamente en este punto, cuando él reivindica un sistema autónomo de conocimiento independiente del libro sagrado. Todavía Pío XII acepta a regañadientes la teoría del evolucionismo, pero dejando claro que todos los seres humanos tienen que proceder de la misma y única pareja primordial… Porque si no, ¿dónde queda el pecado original? Son unas cuantas pinceladas de este largo, tenso y agotador proceso histórico donde la “madre Iglesia” se fue batiendo en retirada ante la innegociable voluntad de autonomía por parte de la sociedad.»