Marcelo Figueras reflexiona (y se estremece) ante la condena a cadena perpetua del sacerdote argentino Christian von Wernich por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura argentina. Habla de la distancia entre Hechos y palabras.
«He ahí un quid de la cuestión. ¿Qué es lo que ocurre en la cabeza de un hombre que consagró su vida a un Dios que es ante todo Amor (allí están los Evangelios diciéndolo con todas las letras: amarás a tu prójimo, pondrás la otra mejilla, todo lo que le hagas al último de tus hermanos me lo haces a Mí, etcétera etcétera), para que llegado el momento considere lícita, válida, justificable la violencia, hasta el punto de avalar que se despoje a alguien del valor sacrosanto de la vida?»