Tres editores peruanos pintan un panorama desolador y contradictorio: mucho buenos escritores y muy pocos lectores: La batalla de los editores, de Raúl A. Mendoza C.
«León Trahtemberg sostiene que el peruano lee menos de un libro al año “porque no sabe leer y tiene dificultades para sostener una lectura fluida” y “porque su condición de pobreza le impide tener acceso a libros”.
En efecto, los pobres casi no leen y cuando lo hacen recurren a ferias periféricas como las de los jirones Quilca, Camaná o Amazonas, donde pueden obtener una versión pirata al 40 ó 50% de su precio en librerías. No tienen opción. Se calcula que la piratería editorial estaría movilizando alrededor de US$ 13’761,610 al año. Por eso no extraña que la producción bibliográfica en el Perú sea apenas el 4% de la brasileña y el 16% de la argentina.»