“En todo caso la cifra de internautas tuvo masa crítica suficiente para romper el cerco mediático del 13 de abril y conformar un sistema nervioso descentralizado alternativo que permitió que la gente tuviera autonomía, que es precisamente lo que a los medios comerciales más poderosos les quita el sueño: que la gente autonomice su gestión de la información.”
Roberto Hernández Montoya explica cómo mientras los medios de comunicación tradicionales se escondieron tras el golpe del 11 de abril en Venezuela, la internet se movilizó de inmediato para informar de lo que pasaba.
El gobierno no entiende los viejos medios; los golpistas no entienden los nuevos. Para despejar un poco más la tremenda incógnita que es hoy Venezuela.