Durante la guerra civil en El Salvador (19080-1992) el ejército reclutó un elevado número de niños como soldados, la mayoría forzosamente. Beatriz Pestaña, Las voces de los niños soldado.
La gran mayoría de salvadoreños que vivía con menos de 30 dólares al día fue la que temió y en muchos casos sufrió el reclutamiento forzoso de sus menores a partir de 1980. Durante doce años, el Gobierno militar hizo desaparecer sistemáticamente a todo aquel que alzaba la voz para denunciar la situación, especialmente a aquellos que eran escuchados en el exterior. Fue el caso de Monseñor Romero, incómodo arzobispo de San Salvador, que fue tiroteado mientras oficiaba misa por haber escrito una carta al entonces presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, pidiéndole que dejase de apoyar militarmente a las represoras fuerzas gubernamentales. Murió pocos meses después de ser propuesto para el Premio Nobel de la Paz.