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La rapidez editorial y los libros interiores

Alfredo Herrera Patiño, editor, sobre el problema de los ejemplares no vendidos y su acumulación, en La rapidez editorial y los libros interiores:

«Pero bien puedo tener 50 000 ejemplares, que no he vendido ninguno en dos años y que, de seguro, no venderé en los próximos 10, ¿qué hacer con los libros que no se venden? El único culpable soy yo, pues los he editado. ¿Destruirlos? Quizá termine por tomar esa decisión terrible. En tres años me han costado unos 15,000 dólares, y son un lastre financiero ya. Y no son cálculos sobre la base del costo del metro cuadrado o del personal contratado, nada de eso. Son el costo exacto que me cobra una empresa de logística por tenerlos en su almacén y conservarlos en buen estado. Así, migraremos a las ediciones mínimas o sobre pedido u on demand o al gusto, quizás fuese mejor decir. Ediciones al gusto. Mínimas, digo, porque podré publicar desde 20 ejemplares hasta 300, de acuerdo al tanteómetro de cuánto se venderá. Y en este caso menos es más. Si elimino el costo de la bodega y el costo de los negativos para al impresión en Offset, podríamos publicar un promedio de 10 novedades mensuales, pues el mercado solicita novedades. Y el catálogo lo mandaremos a internet.»

Marcos Taracido | 29/09/2007 | Artículos | Mundo del Libro

Comentarios

  1. Oz
    2007-09-29 12:08

    Claro, así uno hace un pedido por internet a La Casa del Libro, o a FNAC y un mes más tarde tiene que cancelarlo porque nadie los tiene en existencia y te dan largas, aunque estén en el catálogo ¡se ve que los tienen que imprimir!

  2. Roger
    2007-09-29 15:37

    Pues a mí me gusta la idea. Impresión por demanda y catálogo en internet eliminan al distribuidor: un intermediario menos. Eso no quiere decir que los libros salgan más baratos, sólo que se distribuirían mejor los ingresos; más para el editor, más para el librero y (no estaría mal) más para el autor.

    Y no desaparece el librero, que puede también pedir los libros que quiera y exponerlos en su local, pero los pide bajo el nuevo sistema, no al distribuidor, sino directamente por internet al editor.

    También, de esta manera se elimina en parte el gran problema que tenemos los lectores que preferimos las librerías de fondo. Con el nuevo sistema, TODOS los libros pueden volver a estar en catálogo.

    Como las librerías independientes tienen que especializarse para sobrevivir, con el nuevo sistema, los libreros pueden convertirse en expertos de una serie limitada de temas, buscadores humanos que te pueden ayudar a encontrar lo que quieres o te puede interesar. Volvería el librero experto que se perdió en las grandes superficies. El suyo sería un servicio que muchos lectores apreciaríamos.

    Todo esto se puede conseguir eliminando los almacenes y las distribuidoras de ladrillo y furgoneta.

  3. Alfredo Herrera Patiño
    2007-09-29 20:35

    Claro Oz, porque la librería quiere generar el pedido y pasarle el problema de tener ejemplares a la editorial, pues de otro modo lo tendría en existencia (como hace Amazon, que te pide cinco ejemplares y resposición inmediata). Pero al pasarle ese problema, pierde en servicio. Al gusto (on demand) tarda entre 5 y 7 días. La idea, imagino, es volver artesanal, de nuevo, ciertos procesos que, de a uno, son más rápidos que con alta tecnología y volver alta tecnología lo que, antes, era imposible de a uno. Digamos, encuadernar artesanalmente e imprimir en alta velocidad.

  4. Alfredo Herrera Patiño
    2007-09-30 06:37

    Y al buen Roger le respondo en erratas eminentes…

  5. Marcos
    2007-09-30 12:37

    Alfredo sigue reflexionando sobre el tema en Los libros interiores, revisitados.

    Por lo demás, no tengo gran cosa que añadir a todo lo dicho, salvo que saber de esas fosas comunes de papel me produce desazón e impotencia.

    Saludos

  6. Ana Lorenzo
    2007-10-01 22:52

    Gracias por el enlace a la continuación.
    Marcos, si te consuela, esos montones a veces terminan en saldos, que no es lo ideal, pero que permite poner de nuevo los libros en circulación: yo he comprado en puestos de libros al peso libros que no lograba encontrarme el librero por estar agotados o descatalogados, y es una alegría para el que encuentra milagrosamente el libro y para el autor que milagrosamente es encontrado (dejando aparte que llegó a saldo porque la editorial no le hizo la campaña que hubiese debido hacer y lo retiró demasiado pronto). En fin, que algo de final feliz queda, ¿un 20 %?
    Un beso.


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