Interesante —a veces confuso o contradictorio— artículo de Manuel Castells sobre el ansia contemporánea de Autonomía, no tanto política como personal o laboral, y el modo de imbricarla convenientemente en la sociedad.
«No es el aislamiento, sino la capacidad de construir sus redes de relación, en Internet y fuera de Internet, por teléfono móvil y en contacto físico directo, manteniendo la relación potencial cualquiera que sea el tiempo y espacio donde se está. Es un sistema de comunicación personalizado que permite el desarrollo de la cultura que William Mitchell denomina del YO++, es decir, como cada uno hace lo mismo, no se acaba en el aislamiento, sino en la construcción de redes selectivas y autocentradas, en las que cada uno se va encontrando con lo que quiere o con quien quiere. O con lo que necesita, como trabajo, clientes, información, objetos de consumo o música e imágenes que se pueden ir almacenando en los ipods y en los teléfonos. Caracoles informatizados, llevamos a cuesta la casa de nuestro imaginario y nuestro relicario y redefinimos constantemente nuestro entorno a partir de los programas mentales que construimos desde el fondo de nuestro ser.»