A mí me cuesta creer que el teléfono móvil vaya a ser el aparato de aparatos, aquel objeto en el que se aunen todo lo que ahora se distribuye en decenas de otros utensílios. En realidad sí lo creo, pero no lo entiendo. Por ejemplo, ¿a quién le interesa ver la tele en un móvil? Edward Sagres augura esta fusión en ¿Hasta dónde llegarán nuestros móviles?: «Es más, creo firmemente que el móvil irá mucho más allá y acabará sustituyendo al ordenador personal (PC) , que desaparecerá tal y como fue concebido o, si se quiere, se meterá dentro de nuestros celulares. El móvil será, incluso, mucho más que un portátil pequeño; contendrá el núcleo del sistema operativo y el procesador, pero el resto de piezas y programas que conforman un PC no estarán en el celular, sino que serán periféricas las primeras y aplicaciones web los segundos.»